Mantener vivos los recuerdos de Labea

[wastin]

Labea se resiste a perderse en el olvido

25 mujeres nacidas en el barrio de Galdakao se reúnen para mantener vivos sus recuerdos, con Libe, 92 años, de veterana

EL paso del tiempo ha cambiado todo en el barrio galdakaotarra de Labea, pero los recuerdos siguen intactos. Cada año, 25 mujeres nacidas en Labea se reúnen para comer e intercambiar recuerdos del pasado y opiniones del presente. En el trasfondo, un objetivo: recuperar las costumbres de antaño, cuando Labea era un barrio en el que la armonía y la unidad entre los vecinos rebosaba por todos lados. Era una zona en la que mostraban orgullosos los valores que transmitían a los pueblos cercanos.

A sus 92 años, Libe Yurrebaso es la vecina más veterana de Labea. Ella conoce el pasado del barrio mejor que nadie. “Queremos que el barrio vuelva a recuperar la esencia por la que destacaba”, señala Yurrebaso. En los últimos años, la zona se ha visto abocada al olvido, pero iniciativas como estas son las que hacen que el pasado perdure en la memoria.

Mientras esperan en la terraza a que sirvan la comida, la hermana de Libe observa con detenimiento las vistas de su querido barrio. “Empezamos a hacer las comidas cuando se puso en funcionamiento el hospital de Galdakao, porque fue cuando notamos los primeros problemas en el barrio”, asegura la vecina, Lourdes Yurrebaso. El barrio vizcaino ha ido sufriendo cambios a lo largo del tiempo. Ha pasado de ser una población con muchos jóvenes a registrar una ausencia total de ellos. Ahora es un lugar donde solo habitan los más mayores.

El reencuentro tiene lugar en un restaurante frente del hospital de Galdakao. Y así es desde hace treinta años. Para muchas de ellas, aquella primera cita fue el principio de una nueva época para el barrio. Libe recuerda con nostalgia “las horas que he pasado corriendo por las inmensas huertas y campos”. La realidad es que hoy, inevitablemente, el asfalto y las edificaciones son protagonistas de la zona.

Las mujeres que acuden a la reunión siguen luchando con entusiasmo para que “Labea vuelva a ser el barrio en el que todos éramos una familia, nos ayudábamos siempre que era necesario y, sobre todo, para retomar la alegría que daban los jóvenes al barrio”. Y es que la transformación que ha sufrido ha sido radical: se ha pasado de un barrio agrícola a un barrio industrial.

Errores del pasado El proceso de industrialización fue el comienzo del fin para este barrio. La consecuencia directa fue que los jóvenes que vivían en Labea emigraron para trabajar en las ciudades, ya que el abanico de oportunidades laborales es más amplio que en un entorno rural.

“En los últimos años, Labea está siendo invadida por continuos planes de viviendas y poco a poco se están cargando el futuro del barrio”, apunta Lourdes. Por eso, estas 25 mujeres no se rinden, y año tras año, quedan para poner de manifiesto que no se cansarán de reivindicar la calidad de vida que antes había en Labea.

“Labea, Labea qué bonita es, andar de parranda y dormir después”, cantan las vecinas del barrio mientras daban rienda suelta al vino y el jamón. Este cántico popular de Labea indica el comienzo de la comida y de las posibles soluciones que puedan surgir durante el transcurso de la reunión.

Las integrantes se han propuesto organizar reuniones con las personas jóvenes “para contarles cómo era el barrio y qué tipo de vida se llevaba y lo más importante es la idea de los valores del barrio”. Una posible solución que las vecinas pondrán en marcha para dar a conocer la problemática de Labea. Son las últimas nostálgicas. Y donde hoy se levantan los muros del centro hospitalario, ellas siguen viendo las huertas y las campas en las que jugaban de pequeñas. No quieren que el reloj siga marcando las horas. No quieren quedarse en el olvido.


FUENTE:
http://www.deia.com/2014/08/07/bizkaia/ ... -el-olvido